jueves, 21 de enero de 2010

POSTALES DESDE COSQUIN

Se cumplió la primera luna de Cosquin, en esta edición la número 50 desde su creación allá en la plaza San Martin.
Si hay algo de este festival para destacar es el colorido que se manifiesta en sus calles y lo disímil de los espectáculos callejeros de ignotos intérpretes quye buscan en una cuadra cualquiera su propio auditorio y mostrar lo que quizá le costó bastante tiempo organizar y llegar a Cosquin, logrando al pasar que los turista se detengan escuchen y echen alguna moneda en su gorra, que será el único honorario que recibirá además del aplauso del paseante.
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Si hablamos de pintoresquismo no podemos dejar pasar por alto la presencia como todos los años del vendedor de “cubanitos con dulce de leche”, hasta allí sería un vendedor ambulante más pero este es distinto, tiene una marca que lo diferencia del resto. Este vendedor tan tradicional como el mismo festival, tiene como característica su gran variedad de sacos de diversos colores que cada noche luce en sus caminatas por las calles cercanas a la Plaza Prospero Molina, desde un riguroso color negro como anoche con el moño al tono hasta un brillante rojo que alguna de estas lunas se pondrá. Un personaje que cada Cosquin está presente.
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Las peñas en Cosquin son las casas de espectáculos donde la gente se llega para comer algo como para ver más de cerca a sus favoritos y grupos que no llegan al escenario mayor.
Todas con muy cantidad de público brindan variada gastronomía dentro de los menúes autóctonos, como empanadas, locro, choripan, asado y buen y abundante vino.
Anoche en la que está organizada por Los Cuatro de Córdoba, el público colmaba las instalaciones y no solo disfrutaba de la música sino que bailaba como en el mejor de los ballets
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El escenario principal recibió anoche a los amigos de Mercedes Sosa para rendirle un homenaje ante su desaparición con la presencia de su hijo Fabián Matus y las voces de los cantores amigos de la “Negra”. Avanzó el espectáculo con la presencia de la delegación de Santa Fe hasta llegar la presencia que levantó a la plaza como fue el excelente show de Soledad, que sin abusar su feliz estado de embarazo, puso todo de sí y logró encender en la plaza un verdadero clima de festival, dándose el lujo de cumplirle un sueño a Axel, con quien compartió un par de temas junto a su padre.

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